ACTIVIDADES PARA MEJORAR NUESTRA RELACIÓN CON EL ALUMNADO


(imagen: wikimedia commons)

De la misma manera que los profesores nos adaptamos a la diversidad del alumnado, algunos más que otros, nuestros estudiantes tienen que acostumbrarse a las diferentes personalidades y formas de trabajar de una decena de docentes por año que, lógicamente, no siempre son de su agrado. En tutorías nos vemos en la complicada tarea de ver cómo vuelcan sus quejas sobre nuestros compañeros y tener que lidiar con esta situación. En primer lugar, siempre les decimos que expresen su queja desde el respeto, sin precipitarse en comentarios fuera de lugar y después, según el asunto en cuestión, hacerles ver que en esta vida se van a encontrar con personas y situaciones que no serán siempre de su agrado y que tienen que intentar dar lo mejor de sí mismos en cada momento.
 Otras veces me doy cuenta de que tienen una errónea percepción de la figura del profesor, como la de un "enemigo"; en vez de pensar en nosotros como alguien que realmente les quiere ayudar y que les puede aportar mucho en su crecimiento como personas... Es cierto que todos nos habremos topado con compañeros que no nos lo ponen muy fácil en este aspecto de cara al alumnado, por eso vamos a proponer un par de actividades para reforzar la figura del profesor.

1. EL ÁNGEL DE LA PLAYA.

De entre las múltiples preguntas que suelen hacer los alumnos, la que probablemente nos incomoda más es: "¿Y esto que explicas para qué me sirve?"  Reconozco que hay ocasiones en las que es algo complicado dar una buena respuesta, pero lo peor es que esta queja te indica que lo que les estás contando no tiene mucho interés para ellos. Por esta razón, os propongo esta actividad de COMPRENSIÓN LECTORA extraída de un antiguo blog personal, que podemos leer en tutoría y luego comentar a modo de debate sobre la enseñanza que sacamos de la misma.

TILLY SMITH

El ángel de la playa


En diciembre de 2004 la británica Tilly Smith de diez años de edad, estaba en Phuket (Tailandia) pasando las vacaciones de Navidad junto a su familia. La mañana del 26 de diciembre, Tilly estaba dando un paseo por la playa junto a su madre y observó una serie de extraños fenómenos en el agua: había como un burbujeo incesante en la superficie y un brusco retroceso del agua en la orilla. Del mismo modo, observó como unas embarcaciones en el horizonte se movían como afectadas por un violento oleaje. Tilly no tardó en relacionar todos estos indicios con lo que su profesor de Geografía, Andrew Kearney, les había explicado en clase dos semanas antes. Sin duda, ese anómalo burbujeo y esos movimientos eran los indicios de un tsunami.
  Tilly alertó a su madre, quien en principio no tomó muy en serio las advertencias de su hija. La niña se exaltó de tal manera que su madre accedió a volver al hotel. Segura de sí misma, Tilly convenció al personal de seguridad del hotel para que organizaran el desalojo de la playa. En unos minutos, casi un centenar de clientes subían por las escaleras del edificio mientras la gran ola arrasaba la costa. El nivel del agua llegó hasta la segunda planta del hotel.
Aunque el devastador tsunami de Tailandia tuvo más de 200.000 víctimas mortales, la proeza de Tilly contribuyó a salvar la vida de un centenar de personas entre turistas y personal del hotel. De regreso al Reino Unido, Tilly fue recibida como una heroína y la prensa sensacionalista la etiquetó con el nombre de "El ángel de la playa". Durante algunos meses, Tilly desarrolló una fobia al mar debido al impacto sufrido. Hoy en día, ha superado su pánico al agua y de hecho, regresó a Tailandia en el aniversario del desastre para ser condecorada por su acto de valor.

Ya puede estar bien orgulloso el Sr. Kearney, y no sólo porque sus alumnos le escuchan con atención sino porque son capaces de aplicar en la vida real lo aprendido en clase... el culmen de todo proceso de aprendizaje.



2. ROLE PLAYING "EL NUEVO PROFE"

 Si en la primera actividad fomentábamos la importancia de nuestras enseñanzas como profesores, en esta segunda actividad intentaremos que valoren lo complicado que es en ocasiones desempeñar nuestro trabajo.
 Proponemos una actividad de dramatización o role playing en el que necesitaremos varios voluntarios para los siguientes roles:

1. Un nuevo profesor o profesora cuyo objetivo es que todos sus alumnos presten atención y copien un dictado.
2. Un alumno que está deseoso de prestar atención y hacer su actividad y que, además, se quejará del ruido que hacen sus compañeros.
3. Un alumno que no va  a hacer ningún caso y sólo le interesa dibujar en su libreta o incluso sacar el  móvil par a jugar con él. Su actitud nunca será agresiva y siempre mantendrá un mínimo de respeto y educación.
4. Un alumno disruptivo cuyo objetivo es distraer a sus compañeros y cuya actitud será algo insolente de cara a su "profe".
5. Un alumno que tiene alguna dificultad de aprendizaje y que pedirá ayuda al profesor para poder hacer correctamente su actividad.

 Una vez elegidos los participantes, se les asigna y explica claramente sus diferentes roles. Hay que recordarles que no acaparen la improvisación para que cada participante tenga su tiempo para desarrollar su papel y conseguir sus objetivos. 
 Mientras dure la improvisación (no más de diez minutos por grupo) controlaremos que la actividad no se salga de nuestro particular objetivo y podemos ir aportando sugerencias en voz baja a cada participante.
 En todas las ocasiones, el alumno que ha hecho de profesor acaba realmente agotado y confirma delante de sus compañeros que no ha sido nada fácil ponerse en nuestra piel durante diez minutos. Aprovecharemos esta situación para trasladar el debate al grupo e intentar que valoren un poco más nuestra labor diaria con ellos.

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